Uno de los componentes más importantes de la
ética médica desde los tiempos de
Hipócrates ha sido mantener la información del paciente en secreto.
Según el juramento hipocrático: “Guardaré
silencio sobre todo aquello que en mi profesión, o fuera de ella, oiga o vea en
la vida de los hombres que no deba ser público, manteniendo estas cosas de
manera que no se pueda hablar de ellas.”, este deber de confidencialidad ha
perdurado en el tiempo e incluso otros códigos la han integrado pero sin embargo no quiere decir que sea absoluta
pues de hecho hay otro códigos que plantean que bajos ciertas circunstancias
con justificación la confidencialidad pueda ser quebrantada.
Autonomía: quiere decir que la información de cada persona es
única y no se debe dar a conocer sin su autorización.
La privacidad es una forma de mostrar respeto, es importante saber qué información personal el paciente quiere mantener en secreto y cual se puede publicar.
La confianza es muy importante en la relación médico-paciente, y se debe dejar claro al paciente que la información que él va a revelar va ser confidencial y no se revelara sin su consentimiento, porqué si el paciente no logra entender esto no nos brindara la suficiente información y esto puede empobrecer la labor del médico.
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